Estamos en tiempos donde el mundo vela a sus muertos, la tierra respira, la vida socioeconómica decae y la ciencia del emprendimiento nos enseña a reconocer, evaluar y explotar nuestras necesidades. Las ciudades vacías, aisladas y poco activas económicamente, son las muestras de un mundo cambiante y adaptable. Hoy la vida nos enseña, más que nunca, a crear una conciencia colectiva empresarial con bases sólidas. Los emprendedores y empresarios con ADN natos no son los que se reinventan, sino los que se adaptan a las necesidades y competencias del hoy. La crisis actual nos ha enseñado a emprender con sentido, a adaptarnos a las herramientas tecnológicas y a innovar de manera rápida, económica y contundente. Reinventarse en tiempos de crisis no se tratar de adaptar su producto, servicio o experiencia a un nuevo canal de ventas, ya que desde un principio usted como emprendedor o empresario tenía la necesidad y el deber de adaptar su negocio a las necesidades y competencias digitales tanto actuales, como cambiantes. Muchas empresas grandes de industrias tradicionales gastan demasiado tiempo operando sus soluciones (productos o servicios) pero, al final, se olvidan de lo importante que es innovar y estar a la altura de las exigencias empresariales actuales y dinámicas. Esta crisis no nos enseña a reinventarnos, sino a ser competentes en todo el sentido de la palabra.
A pesar de la crisis, el mundo sigue andando -con nosotros o sin nosotros- pero los emprendedores y empresarios tenemos el deber de implementar innovación y competencia en nuestros negocios. En estos tiempos de incertidumbre, hemos podido ver cómo algunas empresas se han adaptado rápidamente para enfrentar la situación y tomar medidas inmediatas, para así mantenerse a flote con sus negocios. También, hemos podido observar que se han enfocado en generar nuevos canales de ventas en distintos medios. Esto no quiere decir que se hayan reinventado, sino que optaron por ser competentes.
Muchas industrias han identificado que ciertas operaciones son igualmente o incluso más efectivas cuando se organizan virtualmente. Por un lado, la educación por fin entendió que el e-learning no es una herramienta a corto plazo y que, tarde o temprano, tenía que adaptarse a las exigencias de hoy. Es decir, para hoy ya es tarde. El e-learning abre las puertas a la educación y la capacitación empresarial para que ofrezcan sus servicios en línea, en distintos momentos y lugares, con el fin de satisfacer las necesidades de los alumnos. Por otro lado, el comercio en general esperó a que el COVID-19 tocara la puerta de su negocio para optar por una transformación digital hacia un comercio electrónico. Asimismo, los e-commerce (venta de bienes) adaptaron sus productos con servicios para volverlos experiencias, y los marketplaces (venta de servicios) volvieron su prestación de servicios experiencias remotas. Igualmente, es la primera vez que los consultores se enfocan en ser consultores y no vendedores por medio de webinars. Incluso, el sector financiero no es la excepción: nos está mostrando cómo los bancos y las fintech piden a gritos una banca abierta de co-creación entre ellos. Estos son ejemplos de lo importante que es la innovación para mantener un negocio, porque ésta es fundamental no sólo para el emprendedor que está empezando con un proyecto disruptivo, sino para el empresario que quiere mantener un negocio tradicional. Colombia necesita, cada día más, crear corporate ventures -alianzas entre emprendedores y empresarios- para poder innovar de manera colectiva, beneficiándose así ambas partes.
Ser competente no es una tarea fácil, pero es un deber como empresario. La cuarentena nos ha enseñado nuevas formas de hacer negocios y nos ha ayudado a aprovechar el poder real de las tecnologías de hoy en día. Por eso, tenemos que capacitarnos en el uso de herramientas tecnológicas que nos ayuden a crecer y adaptarnos a las necesidades actuales, sobre todo en estos momentos en que están mucho más accesibles que nunca. La transformación digital nos ayuda a vender, aumentar la productividad, implementar la presencia remota, globalizarnos y volvernos cada vez más competentes. Hasta el momento, muchas empresas han entendido que son más eficientes sin contacto físico, precisamente por la implementación y adaptación a estas tecnologías. Ser oportuno y eficaz a la hora de poner en marcha estas herramientas puede crecer o incluso salvar su negocio, pero, como emprendedores y empresarios competentes, no deberíamos esperar la llegada de una crisis para implementarlas. Aprovechemos este momento, en el que tenemos todas estas herramientas a nuestro alcance, para sacarle el mejor provecho posible al crecimiento de nuestros negocios y para, a su vez, irlos adaptando para afrontar las crisis que vendrán. No esperemos que la próxima crisis nos coja mal parados y nos fuerce a actuar.
Hoy estamos viviendo en una época de crisis sanitaria, pero mañana no sabemos a cuál nos tocará enfrentarnos. En tiempos del COVID-19, podemos apreciar cómo la tierra descansa y se reaviva rápidamente – ella también se adapta. Nosotros como empresarios del hoy tenemos que crear una conciencia colectiva, mediante la cual reconozcamos que vendrán tiempos más duros y tendremos que estar preparados para ello. No esperemos a que lleguen las crisis para crear o co-crear cambios. Aprovechemos el presente para ser conscientes con la tierra y la vida, de manera que seamos emprendedores innovadores, sostenibles y, sobre todo, responsables.
Las protestas sociales del año pasado, marcaron una crisis corta en varios sectores de la economía del país y nos dieron un llamado a atender. No podemos mezclar todas las crisis en una sola, pero sí podemos sacar conclusiones de estas. La vida sigue y los negocios también, pero si nos nos adaptamos a los cambios de manera rápida, moriremos en el intento. Estas protestas nos mostraron un pico de crisis para el cual tenemos que estar preparados tanto hoy, como mañana. Como emprendedores y empresarios, tenemos que aprender a reconocer, evaluar y explotar oportunidades, sobre todo en tiempos de crisis. En la ciencia del emprendimiento, una oportunidad tiene comienzo y fin, por eso es un proyecto. Con las crisis llegan las oportunidades, y como emprendedores y empresarios tenemos que ser oportunos para adaptarnos y saberlas aprovechar. Solo así podremos ser el tipo de emprendedor y empresario competente que la sociedad necesita.
A pesar de las predicciones económicas pesimistas y una recesión global inminente, cada crisis trae oportunidades que deben ser aprovechadas. La acción de emprender no es el acto de crear un nuevo negocio, sino la habilidad de reconocer y explotar oportunidades a tiempo. En otras palabras, como emprendedores y empresarios tenemos que estar preparados para ser competentes y oportunos. Tenemos el deber de crecer nuestros negocios para ser competitivos con las exigencias del hoy, prever las del mañana, y llevar nuestros modelos de negocios a una conciencia colectiva, donde el pilar sea la innovación, sostenibilidad y responsabilidad. Y usted ¿ya está preparado para ser competente en las crisis actuales, y para adelantarse de manera oportuna para aquellas que vendrán?